Cuida tu entorno,
toma la de siempre

Leche de vaca,
pero no cualquiera

La leche es un alimento nutricionalmente completo que ayuda al mantenimiento y mejora de la salud humana. Además, si es de proximidad y producida a partir de pequeñas explotaciones, es la opción más sostenible para el medio ambiente, así como para la sociedad.

El control alimentario, la formación e inversión continuada, y el desarrollo de conocimiento e innovación en el sector lácteo vacuno de las últimas décadas ha logrado unas garantías sanitarias, así como de bienestar animal indudables con la obtención de una leche de una calidad nutritiva y sensorial excepcional. El sector en nuestra región está formado sobre todo por micro- o pequeñas explotaciones que contribuyen a la distribución de la riqueza y mantenimiento del entorno rural, y, además, cuando se produce bajo sistemas de producción que incluye pastoreo, contribuye a la formación y mantenimiento de nuestro paisaje y a la salud medioambiental.

Salud humana

La leche de vaca es un alimento que protege y refuerza la salud humana salvo en casos excepcionales donde exista un diagnóstico médico claro que lo contraindique.

Existen alternativas lácteas para intolerantes a la lactosa y para personas que sufren de digestiones pesadas.

La seguridad alimentaria de la leche está garantizada bajo el control de las propias explotaciones, de las distribuidoras (si las hubiese) y del departamento de Salud Pública del Gobierno Vasco.

En cuanto a las bondades nutricionales, la leche de vaca es un alimento que protege la salud cardiovascular, digestiva, esquelética (huesos y músculos), con propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias que actúa también frente a la obesidad, sobrepeso y diabetes, e incluso, según algunas publicaciones, frente al cáncer colorrectal y de mama y el Alzheimer.

La calidad nutricional de un alimento y su efecto sobre la salud no se contempla solo por sus nutrientes aislados sino por la combinación de estos en la matriz alimentaria, en este caso la leche, ya que unos nutrientes complementan y/o potencian la acción de otros:

  • Macronutrientes: proteínas ricas en aminoácidos esenciales, grasas ricas en ácidos grasos de cadena corta y más o menos ricas en ácidos grasos esenciales poliinsaturados como los omega-3 o ALC en función del sistema de producción animal (pastoreo vs intensivo) e hidratos de carbono como la lactosa.
  • Micronutrientes: minerales como el calcio, potasio, fósforo, etc. y vitaminas como la A, la D, todo el grupo B, etc.

La alergia a la proteína láctea diagnosticada implica evitar el consumo de lácteos. Otros problemas digestivos como la intolerancia a la lactosa diagnosticada no tienen por qué conllevar a la eliminación completa de los lácteos, puesto que los fermentados (yogures, quesos madurados) tienen baja cantidad de este nutriente y pueden ser tolerados evitando alcanzar un grado de intolerancia mayor y disfrutando de este grupo de alimentos.

Las últimas investigaciones indican que hay una población creciente con autodiagnóstico (no médico) erróneo de intolerancia a la lactosa que, en realidad, podría estar sufriendo un problema de digestión a un tipo de proteína láctea llamada β-caseína A1A1 de tal forma que sufren de las llamadas “digestiones pesadas”. Este problema podría solucionarse consumiendo leche A2, donde la β-caseína es A2A2 y parece no generar esos problemas.

En busca de una leche más fácil de digerir

El sector lácteo vasco está formado por empresas tradicionales que no les impiden estar a la vanguardia de la I+D+i. Así, el sector es consciente de las necesidades de la sociedad y se preocupa por ofertar productos que satisfagan sus necesidades.

En este caso, el sector está trabajando en la transición de su cabaña ganadera para que produzcan leche A2 en lugar de A1, que actualmente es la habitual. Esto se produce a través de la selección de los machos que cubren a las hembras.

Esta leche A2 difiere de la A1 en la genética de la proteína β-caseína que producen y que parece poder estar vinculada según algunos estudios a una mayor ligereza en los procesos digestivos. Así, las explotaciones ganaderas, al no tener nada que perder y sí mucho que ganar, están en ese proceso de transformación para mejorar la salud de la población vasca.

Actualmente apenas se etiqueta esta leche diferenciada, si bien ya se pueden encontrar algunos productos en el mercado (leche, yogur, kéfir) con el distintivo A2 a la vista.

Sostenibilidad medioambiental

La ganadería mantiene la actividad animal y/o agrícola en el campo y montes manteniendo el entorno limpio y sano, protegiendo a su vez la imagen de un territorio verde.

El tamaño y la forma de trabajar de las micro- y pequeñas explotaciones ganaderas contribuyen a la sostenibilidad medioambiental de forma variada.

La falta de relevo generacional, de la elevación de los costes de materia prima, de la competencia por precios con grandes distribuidoras y la mala prensa hacia los lácteos llevan a que cada vez más las ganaderías de leche que están echando el cierre en Euskadi.

Consumir leche local mantiene estos negocios y, por tanto, contribuye a la salud medioambiental. Pese a la mala prensa, los ganaderos son los más interesados en cuidar a sus animales y a su entorno más allá de lo que indiquen al respecto las normas o leyes.

Las explotaciones agroecológicas, al alza en Euskadi, o las que realizan pastoreo (total o parcial) a través del tránsito de los animales, del consumo de la vegetación, de la diseminación de heces, etc. contribuyen a la captación de gases de efecto invernadero en los suelos, a la amplitud de la biodiversidad de especies botánicas y al mantenimiento de campos y montes limpios de vegetación seca o descuidada evitando incendios o, en su caso, su extensión. Incluso las explotaciones locales de tipo intensivo, al ser de pequeño tamaño, cultivan sus terrenos abonándolos adecuadamente con su propia gestión de purines, contribuyendo al mantenimiento del paisaje y, también, a la protección contra incendios.

Sostenibilidad social

El sector lácteo vasco está formado por pequeñas empresas familiares que mantienen los empleos en el medio rural, contribuyendo a la distribución demográfica y económica en Euskadi.

El consumo de leche de origen local contribuye a la microeconomía, sobre todo, a la ubicada en los entornos rurales.

El sector lácteo vasco está compuesto por microempresas y pequeñas empresas, en general de tradición familiar, distribuidas por todo el territorio. Estas se dedican a la venta de la leche a otras empresas y/o a la transformación de su leche en leche pasteurizada o en derivados lácteos que venden, también, de forma directa o indirecta. Esta red genera un entramado que distribuye la economía del sector por todo lo ancho y largo del territorio, independientemente de la ubicación del negocio. Es sobre todo la producción primaria la que mantiene los empleos y, por tanto, la vida en las zonas rurales de Euskadi.

Los productos alimentarios producidos forman parte de la gastronomía vasca y esta, junto con el mantenimiento de la vida y del paisaje de los entornos rurales forman parte de nuestra cultura, que, a su vez, genera riqueza a través del turismo.

Esta distribución económica y demográfica garantiza, además, el equilibrio demográfico entre zonas urbanas y rurales, evitando que la contaminación lumínica, de ruido, de gases contaminantes, de acumulación de desechos, etc. se acumule en determinadas zonas con difícil gestión para equilibrar la situación y, por tanto, contribuye a la salud física, biológica y psicosocial de toda la población.

Soberanía alimentaria

El consumidor tiene derecho a alimentarse a partir de los alimentos que escoja con conocimientos y argumentos basados en evidencias científicas.

Solo queda que el consumidor responda en el consumo de leche y lácteos de proximidad para alcanzar la soberanía alimentaria.

El creciente interés por la sostenibilidad ambiental ha movilizado determinadas voces que, no siempre bien argumentadas, están llevando a la población a no saber escoger adecuadamente los alimentos que los representa.

Para empezar, el derecho a la alimentación y a la nutrición es básico para la población. Los lácteos como la leche, el yogur y el queso son productos naturales o mínimamente procesados por fermentación con una densidad nutricional por mL o gramo esenciales para el derecho a la alimentación y nutrición, no pudiendo bajo ningún concepto compararse con sus “homólogos vegetales”.

Por otro lado, ese interés de sostenibilidad ambiental debe integrar el componente social a través de la soberanía alimentaria para ser totalmente justo. ¿Cómo?

  1. Comprendiendo el alimento como una necesidad para el pueblo, no como una mera mercancía.
  2. Poniendo en valor a los proveedores de alimentos apoyando modos de vida sostenibles.
  3. Mediante el consumo de alimentos de proximidad.
  4. Promoviendo el conocimiento de forma compatible con la naturaleza.

Todo ello se ha de tener en cuenta a la hora de valorar aún más positivamente el trabajo de la ganadería láctea de tipo familiar, la tradicional, que conlleva un estilo de vida muy sacrificado para satisfacer las demandas de la ciudadanía.

El sector se ha adaptado a las demandas de la sociedad implementando medidas de I+D+i que los ha llevado a tener una mayor capacidad productiva, con inmejorables garantías sanitarias, una mejor calidad del producto o una mejor gestión de los residuos, optando siempre que les es posible por la economía circular. Ahora nos toca responder como población consumidora.

¿Necesitas más razones para consumir leche de vaca?

Más que por un solo elemento o razón, la leche de producción en proximidad es la opción más sostenible gracias al equilibrio de todos los elementos de este sistema tan completo. Sólo abordando de forma transversal la relación entre la salud humana, medio ambiental y animal en toda su complejidad (biológica, psicosocial) lograremos la fórmula de sostenibilidad y/o soberanía alimentaria más completa.

A continuación se deja una serie de publicaciones y webs de interés que detallan y amplían la información mencionada:

Webs de interés:

Publicaciones científicas de interés:

Otras publicaciones de interés: